«No hay camino para la paz, la paz es el camino»

Mahatma Ghandi

 

Imagina que te obligan a huir del lugar en que naciste, de tu hogar, de tu país.

Imagina que te obligan a separarte de tu familia, de tus amistades, de tus compañeros y compañeras de colegio o de trabajo. Imagina que dejaste todo y huiste…

Más de 3,6 millones de personas han huido de Ucrania desde que comenzó el conflicto, 6,5 millones de desplazamientos internos en el país.

Es difícil imaginar la vida de una persona refugiada, pero en 2020 fueron 82,4 millones de personas, según datos del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), quienes acabaron fuera de sus hogares debido a la persecución, situaciones de conflicto o violaciones de Derechos Humanos.

Expresamos nuestra más enérgica condena a los ataques militares iniciados por Rusia hacia Ucrania hace ya más de un mes. Manifestamos nuestro rechazo a la guerra, a todas las guerras y nos sumamos a seguir trabajando por una educación para la paz y la no violencia.

Expresamos nuestra solidaridad con la ciudadanía ucraniana, principal víctima de la guerra, así como con la ciudadanía rusa que intenta manifestar su rechazo mediante la libertad de expresión y denunciamos la creciente “rusofobia” existente en nuestro país alentada por el clima de enfrentamiento bélico.

En una situación de emergencia como la que estamos viviendo ahora mismo las mujeres e infancia se enfrentan a un riesgo añadido: el de la trata. Llegan solas a un país extraño, sin saber el idioma, tal vez sin dinero y desesperadas por haberlo perdido todo. Mostramos nuestra preocupación por esta situación y solicitamos se las cuide y proteja especialmente.

Denunciamos los conflictos armados, muertes y violaciones de derechos humanos producidas en Ucrania, así como en otras partes del mundo, Yemen, Palestina, Siria, Sahara Occidental, Myanmar…

La educación debe dar un giro total a su actual dirección, no un giro técnico, sino basado en parámetros humanitarios y solidarios. Los educadores y educadoras sociales debemos ser capaces de reinventar la paz en el actual contexto bélico que nos está tocando vivir, vacío de dirección y objetivos éticos.

Debemos hacer un esfuerzo en acompañar e impulsar la educación para la paz en todos los ámbitos de nuestra intervención, una educación para la paz que incluya los procesos democráticos, la justicia, la no violencia, el desarme, la solidaridad entre los pueblos, los derechos humanos, la tolerancia, el respeto a la diversidad, la preservación del medio ambiente, la prevención de los conflictos y la reconciliación.

EL CEES-Aragón reafirma su compromiso con la paz y la justicia social, hace un llamamiento al dialogo a la comunidad internacional y reclama a quienes nos gobiernan una acogida digna y sin reservas de toda la población refugiada, venga de donde venga.

 

JUNTA DE GOBIERNO DEL CEES-ARAGÓN