23 de Noviembre de 2022
Día Europeo de las Personas sin Hogar

Un hogar es mucho más que paredes, techo y las luces encendidas.

Hogar es sinónimo de identidad, las coordenadas de una existencia, sentimiento de pertenencia.

En su última encuesta el INE destaca que aproximadamente 28.552 personas se encuentran sin hogar y son atendidas en centros residenciales de alojamiento y restauración.

Entre la información que recoge sobre este colectivo hay variables sociodemográficas generales -edad, género, lugar de origen- pero también cuestiones más específicas como el motivo que les llevó a estar en esta situación, la relación con la familia o los ingresos que perciben.

Se incluye un capítulo dedicado a la salud mental, donde se descubre que en torno al 10% de hombres y mujeres afirma presentar una sintomatología depresiva moderadamente grave.

La presencia de mujeres aumenta con el paso del tiempo, representando un 23% cuando hace quince años no superaba el 17%, poniendo de relieve una realidad social que no debe obviarse.

El origen de las personas que hacen uso de los servicios es tanto español como extranjero, la proporción es prácticamente la misma, constituyendo el perfil general personas que han quedado excluidas del sistema, en situación de desigualdad social, a causa de la pérdida de empleo, de la carencia de nivel adquisitivo para acceder a una vivienda o familias que han quedado desahuciadas por el impago de la hipoteca, son los principales rostros de los nuevos perfiles de personas sin hogar, al que hay que añadir el fenómeno migratorio de quien se ha visto obligado-a a salir de su territorio por cuestiones de supervivencia básica.

Las políticas de empleo, vivienda e igualdad hacen aguas cuando no pueden dar cobertura a los derechos esenciales de cualquier ser humano.

La pérdida de empleo es un desencadenante principal para acabar viviendo en la calle.

Aquella Constitución que trataba como derechos básicos el acceso al trabajo y a la vivienda no corresponde con una realidad que invisibiliza y pone en clara situación de desventaja a quien económicamente no puede sostenerse.

La especulación urbanística, la banca, el precio de la vivienda y los alquileres son una red que dificulta las posibilidades de mejora en la calidad de vida de los colectivos vulnerables.

Y no aprendemos, algo no estamos haciendo bien cuando el sistema utiliza los mismos argumentos desde hace años para poner de manifiesto que siempre pierden las personas más vulnerables.

Desde el CEES-Aragón pedimos a las diferentes administraciones que realicen planes integrales de atención e intervención social y se dote de los recursos necesarios a los diferentes servicios sociales, sanitarios y económicos para que nadie se quede sin hogar.  Renunciando al asistencialismo que desde décadas atrás a caracterizado la atención a este colectivo.

La vivienda social es el eje fundamental sobre el que deberían de girar los programas de intervención social. Necesitamos un plan autonómico y municipal de vivienda social que dote a las diferentes entidades y administraciones de viviendas sobre las que desarrollar los planes de atención e intervención con personas sinhogar y que sean un verdadero eje de cambio en el colectivo.

Desde el Colegio de Educadoras y Educadores Sociales de Aragón, seguiremos denunciando los recortes y apoyaremos las políticas e iniciativas que se diseñan para generar procesos de cambio en las personas a través de programas de intervención educativa y pedagógica.

 

JUNTA DE GOBIERNO DEL CEES-ARAGÓN